Las pequeñas y medianas empresas de autobuses están aumentando la presión para que se permita el cabotaje en los servicios internacionales. Actualmente, las regulaciones en España no permiten que los pasajeros suban y bajen en puntos intermedios dentro del mismo país cuando viajan en rutas internacionales. Las patronales Anetra y Direbus buscan cambiar esto en el marco de la Ley de Movilidad Sostenible, la cual se está debatiendo en el Congreso.
¿Qué es el cabotaje en autobuses?
El cabotaje es una práctica común en la mayoría de Europa, donde un autobús que opera en una ruta internacional puede recoger y dejar pasajeros dentro del mismo país. Esto permite optimizar el uso del autobús, mejorando la ocupación y frecuencias. Sin embargo, en España no está permitido si la línea implica paradas dentro de la nación, a menos que el destino final esté fuera del país.
La postura de las pymes
Las pymes que operan en el sector del transporte en autobús argumentan que la prohibición del cabotaje es una barrera injustificada, especialmente porque en otros países europeos, como Países Bajos o Alemania, se permite este tipo de prácticas. Las patronales están instando a los partidos políticos a modificar la Ley de Movilidad Sostenible para alinearse con el Reglamento europeo de 2009, que ya permite el cabotaje en servicios de larga distancia.
Ventajas de permitir el cabotaje
Permitir el cabotaje tendría varios beneficios:
- Aumento de frecuencias en rutas existentes.
- Mejora en la conectividad entre ciudades dentro de España.
- Optimización de plazas vacías, reduciendo las emisiones al aprovechar mejor los vehículos en funcionamiento.
- Mayor competitividad frente a otras opciones como el coche compartido, además de ofrecer alternativas de transporte más económicas.
Argumentos en contra
Los detractores del cabotaje argumentan que su implementación podría afectar negativamente a las líneas nacionales concesionadas, las cuales tienen contratos específicos para garantizar la movilidad. También temen que esta práctica pueda desorganizar las rutas y frecuencias ya establecidas, afectando a la rentabilidad de los operadores.
El contexto europeo
A nivel europeo, el cabotaje es ampliamente permitido, siempre y cuando no afecte a las Obligaciones de Servicio Público (OSP) de una ruta. Países como Dinamarca, Bulgaria y Francia aplican este reglamento con éxito, siempre que un análisis económico determine que no afectará la viabilidad de las líneas locales.
Las pymes españolas ven en el cabotaje una oportunidad para mejorar la eficiencia del transporte por carretera y aportar más opciones de viaje a los ciudadanos.